Lo que sí que llevaba era una maleta, una maleta llena de ganas, de ilusión, de querer hacer y de poder y además, al mismo tiempo, vacía……vacía para poder llenarla con todo lo que fuese capaz de absorber de allí, conocimientos, ejemplos, máquinas, técnicas,….
Así que decidí entrar y pronto me dí cuenta que aquello no era ningún monstruo que me iba a comer, si no todo lo contrario. Había, como en todas partes, tiburones oliendo sangre, para vender y vender, pero también personas, que como yo, habían empezado en este mundo e intentan vivir de él pero con las ideas muy claras y dispuestos a compartirlas.
Pronto le cogí el hilo a aquello, hablaba con uno, con otro, observaba y a veces alucinaba….ya existen empresas y máquinas que nos van a hacer la vida más fácil y mejor….se pueden fabricar de casi in-situ, plantillas, suplementos para cráneos, dientes, piezas de maquinaria, férulas….y un sin fin de objetos, algunos para usar directamente y otros, como maquetas perfectas, para saber si luego cumplen su funcionalidad…
Y sin dejar de aprender, empecé a sacar pequeñas conclusiones….. que hoy por hoy la técnica es la que es, que la mejora viene en los materiales y las máquinas que optimizan acabados y tiempos de producción, que yo, llevando tan poco tiempo, tengo mucho más conocimientos técnicos de los que pensaba y que este mundo del 3D aún está por explotar, así que mantengamos LA MALETA medio vacía que aquí tiene que caber todavía muuuucho más.
Por último tengo que agradecer a varias personas que haya podido realizar este viaje,
a Mormi por permitirme alojamiento en su hogar y a David Serrano de Ingenieria 3D Sevilla, que a través de la revista 3D Natives, me consiguio acreditación.